lunes, 28 de enero de 2013

Reseña Django desencadenado

Siento curiosidad porque siente curiosidad.

Django desencadenado no es sólo un spaghetti western, sino que es todo un homenaje al género pero con el toque característico de Tarantino. Bravo.





Director: Quentin Tarantino.
Intérpretes: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Don Johnson.
Año: 2013.
Duración: 165 min.
Género: Spaghetti western, drama, acción.

Sinopsis: A dos años de la Guerra Civil Americana, Django (Jamie Foxx), un esclavo negro, es liberado por el doctor King Schultz (Christoph Waltz), quien lo invita a ser su ayudante como cazarecompensas. Django aprovechará para ir a buscar a su amada esposa Broomhilda (Kerry Washington), comprada por Calvin Candie (Leonardo DiCpario), malvado propietario de la plantación Candyland aficionado a las peleas entre esclavos negros.


Una película de Tarantino siempre es digna de ansiar y de querer ver. Después de haber experimentado por primera vez ver una de sus películas en el cine, haberla disfrutado y haberme reído con su genial humor inteligente (sí, hablo de Malditos Bastardos), sabía que Django desencadenado seguiría sus mismos pasos.


El poder que tiene Tarantino de deformar totalmente una hecho histórico y darle la vuelta, o exagerarlo, haciendo una crítica a su estilo, es abrumador, y más teniendo en cuenta que el resultado es totalmente atractivo y rico. Esta vez nos presenta un western lleno de guiños a películas míticas de este género. Los fans del spaghetti western habrán disfrutado más de estas referencias que una servidora, que todavía no me he parado a hacer con detenimiento un mega maratón de películas de vaqueros. Una de las cosas más llamativas técnicamente son esos eficaces zooms dramáticos enfocando a un actor. Eso simplemente me ha encantado, y toda la fotografía en general, que es impecable. ¡Tiros, disparos echos desde la izquierda y que agujerean un cuerpo por la derecha de manera inexplicable! O cómo ridicularizar por medio de la sátira sana uno de los elementos clave de los westerns, los tiroteos, pero genial, porque el resultado es fantástico. No suelo quejarme de las bandas sonoras de las películas, ya que sin ellas el largometraje pierde como el 80% de su emotividad, pero en Django desencadenado un poco menos de música de fondo no habría estado mal, porque en su primera parte se excede en introducir música. También puede ser porque en esta parte de la que hablo los personajes lo que hacen es ir de un lado para otro, todavía no se ha llegado al meollo del asunto, pero creo que no es una excusa justificable. Se echa de menos (entre alguna otra cosilla) una introducción made by Tarantino, o sea, esos diálogos entre los personajes que llegan al alma, véase Reservoir Dogs, Pulp Fiction o Malditos Bastardos, pero la solución que le da Tarantino a Django tampoco está mal. Vuelve al pasado: un tema musical, los créditos iniciales tan propios de él y la presentación individual (en este caso) del protagonista, un esclavo negro llamado. Django. La d es muda.

Después de barajar nombres como Will Smith, el finalmente escogido fue Jamie Foxx, y a mi parecer una selección de lo más acertada. Aunque no puedo opinar mucho de su forma de hablar original (aunque el doblaje creo que hace un trabajo excelente), Foxx hace un papelón como protagonista. Un ex-esclavo negro torturado, golpeado y azotado hasta la saciedad que cuando se topa con el doctor Schultz, quien lo libera, su sed de venganza cobra vida propia, convirtiéndose en una persona fría y a la que no le importaría meterle un balazo entre ceja y ceja a alguien en la plaza del pueblo (lo mismo le pasa a Schultz, pero éste no busca la venganza, sino la recompensa por un trabajo bien hecho, ya sea con uno o con veinte testigos). Django hará lo que sea por recuperar a su amada Broomhilda, y lo hará pagar con sangre (mucha...mucha sangre. Dios bendiga a Tarantino y la desmesura con la que muestra miembros volando, cabezas reventadas y sangre que empapela toda una pared) a aquellos que hayan osado lastimarla, además de apartarla de su lado durante tanto tiempo.


La alianza formada entre Tarantino y Waltz cada vez es más atractiva y da mucho resultado. Simplemente Quentin crea personajes de lo más emblemáticos pensando en este actor y de verdad se lo agradezco de todo corazón. Puede que Schultz, un cazarrecompensas alemán que sabe cómo salirse con la suya en todo momento, no sea tan impresionante como Hans Landa, pero Christoph Waltz sabe cómo hacer que no olvides a uno de sus personajes. Después de liberar a Django, de ofrecerle un trato y más tarde de enseñarle a disparar para que le ayude en sus trapicheos como cazarrecompensas, Schultz usará todas sus armas de elocuencia para intentar sacar de manera discreta a Bromhilda de Candyland y cumplir la promesa que le hizo a Django. Este papel ya le ha valido un Globo de Oro, y quién sabe si se hará también con el Oscar por segunda vez gracias a una película hecha con su gran amigo Quentin. Yo la verdad estaría de lo más encantada y contenta, ya que mis esperanzas están puestas en que se lleve el merecido galardón por un personaje entrañable al que sólo he visto una vez (no creo que me cansase nunca de ver Django. Nunca lo hago con las películas de Tarantino), pero que ya me hace suspirar. 

Otro que me hace suspirar (cómo no) es Leonardo DiCaprio, el cual se va a tomar un tiempo de descanso. La verdad es que se ha matado a hacer películas en los últimos años. Leo da vida a Calvin J. Candie, un adinerado propietario de Candyland, una plantación lujosa pero malévola. El monsieur Candie tiene a la mujer de Django como criada, le gusta hacer apuestas en peleas entre esclavos y no tiene ningún reparo en abrirle la cabeza a alguien con un martillo. DiCaprio nos muestra una interpretación de lo más extravagante y exótica en su repertorio interpretativo, con un magnífico discurso en plena cena al final de la película. Sin duda un secundario impecable que lucha con Waltz por ver quién queda por encima de quién. Para mi están empatados porque los dos son excepcionales, pero la sorpresa de ver a DiCaprio en un papel tan diferente a lo que estamos acostumbrados a ver de él no me la quita nadie.


A mediados de película, aparece Samuel L. Jackson como Stephen, el criado negro más cercano a Candie y encargado de tener todo a punto en Candyland. Un criado vivaracho con humor pero muy entregado a su trabajo y alerta por si alguien intenta engañar a su amo. Samuel y Quentin se reúnen una vez más después de Pulp Fiction, y el personaje del primero cobra más protagonismo e importancia de lo que uno cree, algo que a mi me ha gustado mucho.

Puede que Kerry Washington no sea mi chica Tarantino favorita (la reina de estas es Uma Thurman), y en muchos momentos no me transmitía nada [POSIBLE SPOILER] Sólo en la escena de cómo recibía los latigazos consiguió ponerme nerviosa, pero a medida que avanza su presencia en el film, y sobre todo al final, pierde fuerza [FIN SPOILER], pero no digo que la actriz no se haya esforzado, al contrario. Ha estado sometida a mucha presión emocional, y hay momentos en los que la transmite. Broomhilda y Django fueron marcados en la tez con la marca de los esclavos rebeldes y separados el uno del otro. Ella ha sufrido mucho, pensando en que su marido ha muerto, además de sufrir también físicamente por los intentos de escape de Candyland y las insubordinaciones. La llegada de Schultz y Django a la plantación le dará algo de esperanza, pero el miedo sigue ahí, ya que Calvin Candie está muy bien protegido.

Aunque el personaje de Big Daddy, interpretado por un divertidísimo Don Johnson, sea algo momentáneo y en segundo plano, me hubiera gustado ver un poco más, porque nos ofrece una de las escenas más memorables de la película, él junto a su cuadrilla en campo abierto intentando vengarse de una jugarreta de Schultz. No paraba de reírme, y pienso que se podía haber aprovechado más, aunque la resolución que le da siempre Tarantino a sus personajes me parece justa en la mayoría de los casos. [POSIBLE SPOILER] Discrepo un pelín con la parte que le toca a Schultz... [FIN SPOILER].


No lo olvides: El momento de Big Daddy y los sacos en la cabeza (no esperaba encontrarme una pieza como la Misa de Requiem de Verdi, y bum, sorpresa de lo más agradable), una de las escenas más memorables para mi de esta película. Es divertida y con gancho. Junto con todo lo que equivale al gran final, una explosión de sangre, irracionalidad y trozos de piel volando por los aires y derramando sangre por las paredes, lo mejor. Los litros y litros de sangre los recibo con muchísimo gusto. No puedo olvidarme del trío de protagonistas tan soberbio. Foxx, Waltz y DiCaprio están excelentes, y los enfrentamientos entre estos tres por ver quién domina en el lugar son todo un lujo. [POSIBLE SPOILER] ¿Soy la única que se dio cuenta de la cajetilla de cerillas con forma de zippo? No podía faltar una de sus marcas de la casa. [FIN SPOILER].
Olvídalo: Abusa de demasiada música en su primera parte (increíble que alguien como yo diga esto, pero es que sobran un par de temas musicales que no llegan a cuajar para mi en la película y hacen lenta la llegada de la parte más esencial de la trama), y también un poco de metraje. El final se hace un poco de rogar, pero no puedo reprochar que cuando crees que ha llegado, con ese momento que derrocha adrenalina por todos lados, Tarantino tiene un as en la manga y se saca un doble final realmente impresionante.

En conclusión: Una película de Tarantino siempre es un ejercicio de lo más ingenioso y satisfactorio de disfrutar. Django desencadenado es toda una maravilla visual, divertida, con gancho y que todo fan del cine de Tarantino disfrutará a más no poder. No ha desbancado a mi número uno favorita de la filmografía de Quentin, Malditos Bastardos (seguida de Resevoir Dogs y Pulp Fiction), pero entra en el top five colocándose por encima o al mismo nivel que Kill Bill Vol. 1.

NOTA: 9'5/10


1 comentario:

manipulador de alimentos dijo...

Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!