sábado, 22 de febrero de 2014

Reseña Al encuentro de Mr. Banks (Saving Mr. Banks)

Viento del este, y niebla gris, anuncia que viene, lo que ha de venir.

Saving Mr. Banks es una película dulce, emotiva y reconfortante. Una historia llena de belleza con una dirección delicada, sencilla y directa. Emma Thompson está estupenda.






Director: John Lee Hancock.
Intérpretes: Emma Thompson, Tom Hanks, Colin Farrell, Paul Giamatti, Jason Schwartzman, Bradley Whitford, B.J. Novak, Ruth Wilson, Rachel Griffiths, Kathy Baker, Annie Rose Buckley.
Año: 2013.
Duración: 125 min.
Género: comedia, drama, Disney, basada en hechos reales.

Sinopsis: Durante catorce años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su popular novela Mary Poppins, un personaje encantador que finalmente fue llevado al cine en 1964. Esta película narra los problemas en los que se vio en estudio al colaborar con la seca y seria escritora y la vida de esta cuando sólo era una niña.


Retorno al cine. El martes fue American Hustle y este jueves tocó ir a Saving Mr. Banks. Aun sabiendo que no será una película especialmente recordada por su magnificencia, sí lo será por su encanto personal, por la sencillez con la que se narra toda una historia llena de aventuras y momentos difíciles de un grupo de personas que intentaron lidiar con una escritora con cara de pocos amigos y de una niña que vive su niñez llena de ilusión y felices pero también tristes y complicados momentos con su padre.


La dirección de Hancock no busca el melodrama, ni lo fácil, sino la belleza y la realidad, alejándose de tantas complicaciones y exaltaciones en las que estamos cinematográficamente en los tiempos que corren. ¿Por qué una película no puede ser sencilla y hermosa sin que la tachen de melodrama facilón? Cuando digo que es reconfortante, es porque es relajanta ver algo que no exige un gran esfuerzo al espectador, que muestra una historia sencilla de principio a final. Esto no quiere decir que el público se relaje, sino que tome asiento y disfrute de un rato ameno, nada más. Saving Mr. Banks nos narra cómo la escritora de uno de los personajes más icónicos de la factoría Disney llegó a convertirse en una película. Además se presenta a modo de montaje paralelo, mostrando dos historia, algo que a mi especialmente me gusta. Está llena de complicaciones, es la búsqueda y encuentro de uno mismo, de afrontar los miedos y dejar que el mundo te envuelva con su realidad. Quién sabe si Walt Disney es tal y como lo pintan aquí, y quién sabe si P.L. Travers era tan solitaria y poco afable, pero aun así nos encontramos aquí a dos personas totalmente opuestas que acaban formando una pareja profesional ideal. Si las cosas hubieran sido fáciles, si a todo se hubiera dicho que sí, puede que Mary Poppins no fuera lo que ha sido. Por eso pienso que Saving Mr. Banks es, aunque puede que sí comercial, una película ideal, amena, divertida, emotiva y que por todos estos factores tan técnicos como intepretativos es una muy buena película que se disfruta y que conmueve. Como ya he dicho al principio, la dirección es espléndida, es sencilla; tiene una fotografía de manos de Josh Schwartzman preciosa, sin complicaciones, natural; me encanta la banda sonora de Thomas Newman, simplemente me encanta, y cómo se combina y entrelaza con los temas y canciones más populares de Mary Poppins (las escenas en las que cantan las canciones en el estudio de Disney son de mis favoritas -y también porque a Jason Schwartzman lo dobla David Robles y adoro su voz-); el diseño, el vestuario, las localizaciones, el ambiente sesentero y elegante que se respira es perfecto. Es una película muy bonita, se puede quedar ahí. Mientras uno disfrute lo que está viendo, debería dar igual lo que digan los demás, las críticas y todo eso. Somos nuestros propios y mejores críticos.


Emma Thompson encarna a la escritora P.L. Travers, una mujer indomable, arisca, seca y supuestamente sin sentido del humor, una persona que intenta batallar contra todo aquello que no le agrada, y por esta personalidad tan fría y difícil hace que el llevar a la señorita Poppins (''Nunca más sólo Mary'') al cine fuera una tarea ardua y compleja. Pero a la vez que disfrutamos de una más que formidable interpretación de este portento de mujer, esta actriz británica versátil y encima que es un encanto de persona, vemos paralelamente a la narración en los años sesenta cómo fue su vida allá en Australia cuando era una niña (con la pequeña Annie Rose Buckley como protagonista) y así comprender su miedo a ser abierta, a vender los derechos de un personaje que significa tantísimo para ella a Walt Disney. Thompson no está ni nominada a los Oscar, pero su papel en esta película es sobresaliente, es precioso y emociona sobre todo en la recta final del metraje. Es impresionante ver cómo se envuelve en un personaje tan opuesto a la actriz, pero ahí está el incesante juego de la actuación, y Thompson lo juega como nadie.

Como pareja de P.L. Travers tenemos a Walt Disney, interpretado por nuestro queridísimo y buen señor Tom Hanks. Los rumores sobre Walt Disney son variados, su personalidad, su forma de ser... Aquí tenemos aun hombre excéntrico, apasionado y ambicioso que por encima de todo quiere que la señorita Travers se sienta a gusto para que le ceda los derechos de su novela. A pesar de esa simpática forma de ser, Pamela, o Pam, como a él le gusta llamarla, se sentirá más alejada que cercana a todo el embrollo, y pondrá muchísimas más pegas para ver si de verdad la entrega y el interés de Walter es tan excesivo que le concedería todos sus deseos sin que él se exaspere. Hanks sin duda es uno de mis actores favoritos, que sabe formar una buena pareja con cualquier actriz o actor que le pongan por delante. Es divertido, es humano y se preocupa tanto de que su trabajo y esfuerzo durante años salga adelante como de que la señorita Travers quiera hacer su sueño realidad, quiera que todos los niños y adultos vayan al cine y disfruten.


No puedo terminar esta crítica sin mencionar a los excelentes secundarios con los que cuenta Saving Mr. Banks, porque gracias a ellos se completa el círculo y se le da sentido a la historia. Para empezar tenemos a Paul Giamatti como Ralph, el taxista personal de la señorita Travers durante su estancia en Los Ángeles. Un hombre humilde, sencillo y servicial, entabla una relación muy especial y tierna con Travers, que ya es decir, y será uno de los factores más importantes para el cambio que experimentará ella. B.J. Novak y Jason Schwartzman como Rocher y Richard Sherman, los compositores de la música de Mary Poppins. Lo tienen muy crudo para agradar y complacer a Travers, pero sus escenas cantando, componiendo y bailando las famosísimas canciones son de lo mejorcito. Además hacen trío con Bradley Whitford como Don DaGradi, otro de los responsable del diseño y estudio de producción de la película. Y para terminar, otro de mis actores favoritos desde hace mucho, Colin Farrell, en un pequeño pero muy significativo e importantísimo papel, el señor Goff, el padre de Ginty, del que parte toda la idea y evolución de la escritora. Mediante el montaje paralelo podemos apreciar la historia de la pequeña Ginty, encantada con un padre siempre en las nubes, con historias fantásticas y divertidas que contar y volviendo el aburrido lugar en el que viven en una completa aventura. No todo, por desgracia, sigue así en el transcurso de la historia, y el señor Goff tiene problemas, serios problemas. Ahí es donde apreciamos el potencial interpretativo que lleva encima Farrell, el cual me ha emocionado mucho en esta película por pequeña que sea su intervención. [POSIBLE SPOILER] El título de la película toma un enorme significado en este personaje, porque a su imagen P.L. Travers dio vida al señor Banks, y por eso las pegas que pone al avance del pryecto que es Mary Poppins, porque llegan a pintar a ese personaje de una manera totalmente diferente a lo que ella concibió y vivió. La búsqueda del señor Banks perfecto es fundamental para que ella de el visto bueno, porque no era un hombre malvado, no era malo con sus hijos; era una buena persona, con sus problemas, pero que quería a sus hijos. Esto es una metáfora del señor Goff. No todo gira entorno a Mary Poppins, sino que la esencia que Travers no quiere que se pierda es la de su padre; no quiere que quede mancillado su nombre camufaldo en el del señor Banks a pesar de sus faltas [FIN SPOILER].


No lo olvides: la fotografía es clara y luminosa, con planos (como el del tren, Ginty con su padre montando a caballo, el carrusel...) encantadores y fascinantes. La película está muy bien diseñada, con un vestuario, una decoración y una escenografía muy conseguidos. Todo el elenco forma un buen conjunto interpretativo, cada uno con su pequeño pero fundamental e importante papel. Destacando, Emma Thompson es un portento, divertida y emocionante, y Colin Farrell especialmente me ha gustado mucho también. Esa especial relación entre escritora y taxista es memorable. La escena final en el Teatro Chino es de lo mejor.
Olvídalo: quizá le sobre un poco de metraje, pero por lo demás...

En conclusión: se la puede tachar de comercial, de fácil, de simple melodrama, pero yo no me precipitaría. Es una vuelta al pasado, un retorno a la nostalgia, a esos tiempos de luz y color en el que se mete drama y sentimientos profundos. Saving Mr. Banks es una película para todos, tanto para reconocidos fans de Disney como para cualquier amante del cine. Es sencilla, es bonita y es amena. ¿Qué más se puede pedir?

NOTA: 8'5/10

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