sábado, 11 de abril de 2015

Reseña Cenicienta, de Kenneth Branagh

Sé generosa, y ten valor.

Kenneth Branagh dirige con lucidez y encanto Cenicienta, un digno remake Disney en acción real.




Director: Kenneth Branagh.
Intérpretes: Lily James, Richard Madden, Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Holliday Grainger, Sophie McShera, Eloise Webb, Derek Jacobi, Hayley Atwell, Ben Chaplin, Stellan Skarsgård.
Año: 2015.
Duración: 112 min.
Género: fantástico, familiar, cuentos de hadas, remake acción real.

Sinopsis: El padre de Ella (Lily James), es un comerciante que tras la muerte de su esposa, vuelve a casarse. La joven Ella quiere complacer a su padre, y acoge con gusto y cariño a su nueva madrastra (Cate Blanchett) y a sus hijas Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera). Pero, cuando el padre de Ella muere inesperadamente, la joven se encuentra a merced de una nueva familia celosa y cruel que la tratan como a una criada. A pesar de sus penurias y de la crueldad con la que la tratan, no pierde la esperanza y el buen ánimo.


Todos nos sabemos el cuento de Charles Perrault de pé a pá. Es un clásico que se ha llevado innumerables veces tanto al cine como mucho más anteriormente a las tablas del teatro y al ballet. La más antigua del formato que nos conviene ahora fue desarrollada por George Méliès en 1899, y quizás la más conocida es por supuesto el clásico Disney de 1950, y el personaje ha aparecido en series y películas como secundario (Once Upon a Time, Into the Woods) o ha inspirado películas de temática similar (Pretty Woman, Por siempre jamás). Kenneth Branagh se encarga ahora de volver a tomar este cuento de hadas como una versión de acción real de la película de Disney, y la jugada ha salido brillante y notable.

Una de las cosas que creo más caracterizan la dirección de Branagh es su  inclinación a las formas de narración clásicas y elegantes; sin duda era el director idóneo para Cenicienta. Es algo que se huele a lo largo de toda su filmografía (adaptaciones de obras de Shakespeare, cómo todos sabéis, y hasta en Thor se notaban estos tintes -para mi las escenas en Asgard son brillantísimas y espectaculares-). De las mejores cosas que tiene esta película es que se profundiza mucho más en personajes secundarios (los padres de Ella, la madrastra, el rey...) para darle más forma a la protagonista y una base narrativa sustanciosa. Que podamos tener este apoyo es importante para que la historia cuaje mejor, porque en una película en acción real de un cuento Disney requiere este factor para que convenza. Si a esto se le suma una fotografía fantástica, con mucha luz y encanto; un desarrollo de la historia que se sostiene gracias a las intervenciones precisas de sus personajes; y un reparto convincente, no se puede negar que Cenicienta aprueba, y no con un cinco raspado.

Corta es la filmografía de Lily James (a pesar de que una serie, como es Downton Abbey, da caché y permite que a lo largo de sus temporadas se conozca mejor a los actores), pero quizás eso es lo que necesita esta industria, que caras inocentes y poco vistas emerjan, ampliando así la lista de actores y actrices, para bien de su futuro y del futuro del cine. La chica es adorable, encantadora y de espíritu vivo y generoso, básicamente lo mismito que Cenicienta, y por eso se le ve tan bien en pantalla. Es convincente. Richard Madden es otro que donde más podemos verle crecer como actor es en la televisión. Me ha gustado bastante su papel como Príncipe Azul, porque gracias a amigos suyos de la corte y al papel relevante que tienen el Rey (sorpresón ver a Derek Jacobi, y como siempre imponente) y del Gran Duque (Stellan Skarsgård en un papel un tanto villanesco) podemos ahondar mejor en los sentimientos del príncipe. Cate Blanchett deslumbra, no iba a ser menos; la actriz tiene luz propia como la Madrastra, muy fielmente representada, con gran talento, como cabía esperar en esta diosa. Holliday Grainger, Sophie McShera está también parecidas a las mellizas del clásico animado, con líneas de guión divertidas. Destacar a Ben Chaplin y Hayley Atwell como los padres de Ella, otra prueba del exquisito reparto de secundarios de la que goza la película. Y para terminar, esa deslumbrante Helena Bonham Carter como la Hada Madrina; corta es su aparición, pero sobresaliente. En resumidas cuentas, la madurez y profundidad de la que están dotados los personajes, dentro de lo que cabe en una película de cuento de hadas, es muy relevante y destacable en Cenicienta.

Confiaba en el talento en dirección de Kenneth Branagh y no me ha defraudado para nada; ha sabido manejar la película y encajar todos sus elementos cual puzzle encantado. La fidelidad con la película de 1950 de Disney y con el cuento de Perrault es latente, y el guión no tiene lagunas importantes, es estable y está bien desarrollado. Los escenarios, el diseño y el vestuario son magníficos, con una cantidad de detalles espectacular; no me ha importado que la estética sea diferente a la película animada, porque es maravillosa y se disfruta mucho. La banda sonora de Patrick Doyle es preciosa y muy inteligentemente compuesta; pista por pista conforma un conjunto musical que funciona, no es una de esas bandas sonoras cuyas piezas son tan dispares unas de otras, sino que esta constituye un todo partiendo de un sencillo y encantador tema con variaciones, con partes enérgicas y vigorosas y otras más dulces y cantabiles. Sin duda, una de las mejores cualidades de Cenicienta. La película se disfruta mucho, con todo ese color, ternura y fantasiosidad, con su elenco de lujo y sus buenas intenciones.


No lo olvides: Las escenas de la transformación del vestido y del baile de Ella y el príncipe son preciosas; el esplendor del diseño visual, su música y la madurez con la que la dota Branagh desde el principio.
Olvídalo: El Hada Madrina antes de su transformación... Mal.

En conclusión: La película cumple con creces. Tiene encanto, está bien hecha, dirigida, pensada e interpretada y es vistosa. Repito: un digno remake en acción real de la casa del ratón.

NOTA: 8'5/10

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